viernes, 31 de agosto de 2012


Europa premia nuestra degradación social


Thaelman Urgelles's picture

Thaelman Urgelles


El premio conferido en la Bienal Arquitectónica de Venecia a la “obra” de los invasores de la Torre Confinanzas ¿es acaso un sarcasmo, una crítica del espanto a través de la ironía…? Pues no, el premio se confiere con toda la sinceridad del curador y los jurados europeos, quienes nos miran a los latinoamericanos como especímenes de su particular espeleología social, o peor dicho, no pierden la oportunidad de alimentar su arrogancia al celebrar nuestra miseria y descomposición, elevándola a la categoría de arte. Esto de Europa con nosotros tiene ya su larga historia, desde que Cristóbal Colón regresó de su primer viaje con los trofeos de indígenas debidamente enjaulados, como otras piezas de la exuberante colección de fauna y flora recolectada por estos confines. Más tarde Rousseau le daría tesitura intelectual a aquella fascinación por el salvajismo inocente que redimiría al género humano de su perdición. El Romanticismo puso también lo suyo para edificar el mito, cuyo acabado y ornamentos tendrían como orfebre al marxismo del siglo 20; no el de Marx, quien por lo menos en esa materia estaba más claro que el carajo. Así, toda clase de sociólogos, antropólogos, lingüistas, filósofos, literatos y hasta cineastas, se cebaron de nuestro continente para amamantar sus anhelos de una originalidad y frescura que creyeron haber perdido en su vetusta estancia europea. Y también para aclamar y promover aquello que en sus propios espacios no tolerarían de ninguna manera. Hay ciertos hechos, personajes y curiosidades que son dignas de aplauso y admiración, pero ¡ojo! en América latina, nunca en la respetable matrona que los acoge a ellos con entera comodidad. Somos las aves o insectos que ellos vienen a observar maravillados de cuando en cuando, convenientemente vacunados contra toda clase de plagas que se dan por estos trópicos. O el segundo frente conyugal, aquella con quien se pueden dar los maridos pacatos ciertas licencias eróticas que no caben con la respetable esposa. Por supuesto que esta historia tiene sus alcahuetes o cabrones locales, quienes medran de prestar servicio de baquianos o abridores de puertas a los honorables curiosos de ultramar. Al escribir del asunto tengo a varios de ellos en mente. Pero el honor de de ser citarlo hoy lo merece enteramente el venezolano Alfredo Brillembourg (no su socio, evidentemente alemán), quien desde un opulento estudio de New York le llevó las apetitosas pepitas de oro al curador de la Bienale. Es el honor que él y su socio hicieron al populismo reinante, quizás en pago por los jugosos contratos recibidos.@TUrgelles
Leer más...
COLOMBIA


¿LA PAZ A QUÉ PRECIO?
Plinio Apuleyo Mendoza
Lo leímos en este diario y sin duda es cierto: llevamos treinta años de contactos secretos con la guerrilla. Desde Belisario, todos los presidentes han querido hacer realidad el sueño de la paz. Incluso, Álvaro Uribe. A su manera, mediante una flagrante derrota del terrorismo. Con tales antecedentes, no debe sorprendernos descubrir hoy en día que desde el mes de febrero el Gobierno está jugando en Cuba esta carta. Y su propósito en sí mismo no exacerba los ánimos. El país, contra lo que algunos piensan, no está dividido entre amigos y enemigos de la paz. Por la paz nos la jugamos todos. Nada sería más grato para cualquier colombiano que levantarse una mañana y abrir el periódico sin hallar noticias de bombas, secuestros, atentados o imágenes de mujeres llorando a sus muertos.
Aquí el problema es otro. Se trata, en primer término, de saber por qué la guerrilla hizo fracasar todos los anteriores intentos de paz. Luego, cuáles deberían ser los necesarios requisitos para el diálogo. Y por último, qué aceptarían y qué no aceptarían las Farc, dada la fuerza que creen tener.
A propósito de los requisitos, el investigador y analista antioqueño Jaime Jaramillo Panesso nos recuerda que mientras se desarrollan los diálogos de paz la guerrilla propicia "ataques brutales que se encaminan a matar policías y soldados, a destruir torres de energía eléctrica, puentes y carreteras, a realizar secuestros y atentados, extorsiones y otros actos terroristas". Es cierto. Hay quienes afirman que no es justo, mientras estos hechos se producen impune y diariamente, que se dialogue con las Farc sin poner como condición el cese de estas atrocidades. ¿Una posición de la llamada ultraderecha? No, más bien es la reacción de muchos colombianos del común.
¿Qué espera la guerrilla de un posible acuerdo de paz? Sería necesario verlo con cabeza fría. Si fuese cierto, como creen algunos, que la guerrilla está debilitada, le bastaría a esta una desmovilización sin sanciones penales, según lo anticipa el marco jurídico para la paz. Pero, pese a los duros golpes sufridos con la muerte de sus máximos comandantes, su última estrategia terrorista le está dando resultados.
Según mi amiga de siempre, Noemí Sanín, tres factores la han fortalecido. El primero fue la eliminación del fuero militar, que ha permitido la más tenebrosa cacería de oficiales y soldados por parte de una justicia politizada. Doce mil militares, al ser objeto de investigaciones, están hoy fuera de combate. El segundo factor fue la eliminación del DAS, pues reconociendo que tenía serias fallas estructurales, con él se perdió un arma definitiva en toda guerra: sus necesarias redes de información. Y, por último, todo anuncio de negociación desata de parte de la guerrilla una intensificación de sus acciones armadas.
Si a estas fallas que no son solo del Gobierno, sino de todos los poderes del Estado, sumamos los ingresos que las Farc reciben del narcotráfico, sus hábiles brazos políticos, su Marcha Patriótica y el real control que ejercen en muchas regiones como el Cauca, entenderemos por qué quieren dialogar en igualdad de condiciones como uno de los dos actores del mal llamado conflicto interno. Por esa razón, no sería sorprendente -como me lo dijo un amigo con figuración en la izquierda más combativa- que la guerrilla se negara a dejar las armas mientras el Ejército mantiene las suyas. Tampoco creo que renuncie al narcotráfico ni a la imposición de políticas económicas muy propias del peligroso socialismo bolivariano.
Sí, el precio fijado por las Farc para alcanzar la paz puede ser más alto de lo que espera el Gobierno e imagina el país. No es fácil el acuerdo con una organización cuya fuerza reposa en el terrorismo.

LA GUERRA O LA PAZ

Rudolf Hommes
La mayoría de los colombianos fuimos hasta hace poco entusiastas defensores de los intentos de paz de distintos gobiernos. Estuvimos de acuerdo con los esfuerzos que realizaron los gobiernos de Belisario Betancur y Andrés Pastrana, frecuentemente criticados por su buena fe. Yo mismo fui de los pocos que le encontraron justificación al discurso de 'Tirofijo' "de las gallinas y los marranos" y lo dije públicamente. Celebramos los acuerdos de paz de Barco (y Rafael Pardo) con el M-19. Tuvimos el alma en vilo cuando mataron a Carlos Pizarro, hasta que apareció Navarro vistiendo un saco de chivo en la TV y dio el parte de tranquilidad que selló definitivamente la paz con ese movimiento.
Durante el gobierno de César Gaviria, apenas posesionado, fui comisionado por el presidente, en compañía de Armando Montenegro y Ulpiano Ayala, para visitar a Navarro a ofrecerle el Ministerio de Salud, con lo que se inició una nueva época de reconciliación y espacio político para los reinsertados, que ha culminado con la elección de Petro a la Alcaldía de Bogotá.
Este hecho, aunque no ha sido afortunado para la ciudad, ha sido extraordinariamente importante para la paz, porque es una evidencia incontrovertible de que hay espacio político para quienes ejercen la oposición política y, en particular, para "los nuevos movimientos que (surgen) de acuerdos" de paz entre el Gobierno y la guerrilla, por lo que no se justifica que sea objeto de nuevos acuerdos entre el Gobierno y las Farc.
Como miembro del gabinete, apoyé las conversaciones que se llevaron a cabo en Venezuela y en México y estaba preparado para asistir en representación del Gobierno a Tlaxcala cuando aquellas se rompieron.
En la Universidad de los Andes promoví, con el rector de la Javeriana (recientemente fallecido) y el del Rosario, una marcha universitaria por la paz, que se realizó pese a la oposición que tuvo de otros amigos de la paz. Durante el gobierno de Samper acompañé al actual presidente en un acto a favor de la paz en Bogotá, que molestó al Gobierno y por el que los furibistas desacreditan a Santos.
En todas esas oportunidades, el entusiasmo inicial a favor de los procesos y de los acuerdos no fue recompensado por los resultados, y en la mayoría de esos casos el fracaso de las negociaciones se debió a que la guerrilla no estaba obrando de buena fe.
Desde entonces, he sido muy escéptico sobre las bondades y beneficios de los intentos de diálogo, y enemigo de entregarle a la guerrilla banderas y programas que el Gobierno puede adelantar en forma autónoma. Hay conciencia de que se requiere una política agraria más incluyente para cerrar la brecha social entre el campo y la ciudad, y una estrategia de desarrollo agropecuario que tenga éxito a corto plazo.
El Gobierno ya ha dado pasos gigantescos en este sentido en el aspecto social y en la restitución de tierras. Hacen falta mecanismos efectivos para llevarlos a cabo y un programa de inversión, rápida expansión de la frontera agrícola y mejor utilización del área cultivable, que le ponga fin a la extrema pobreza en el campo y revierta la caída de la productividad en el sector.
Sin tener muchas esperanzas sobre el proceder y las intenciones de la guerrilla, saludo, sin embargo, este nuevo intento de llegar a la paz por la vía negociada. La guerra conduce a ampliar el círculo vicioso de violencia y ruina que padecemos desde los años 40. Debemos confiar en que el Gobierno cuenta con información que le hace prever una probabilidad de éxito suficientemente grande para justificar la decisión. Aunque las cabezas nos hacen cautelosos, no hay duda de que los corazones anhelan la paz para poder disfrutar plenamente nuestro país.

LA PAZ RECOMENZADA
Jorge O. Melo
Los anuncios de paz traen repeticiones. El Gobierno, como cada vez que empiezan negociaciones, reitera que no se cometerán los errores de antes. Esto quiere decir que no se volverá al Caguán, ni se suspenderán las acciones militares para facilitar el diálogo, ni se liberarán guerrilleros presos a cambio de ilusiones grandes o pequeñas, y que el apoyo a los militares no estará unido a mensajes equívocos sobre derechos humanos, como los que sugerían que el Ejército no podía ganar la guerra porque la "procuraduría" o los "derechos humanos" no lo dejaban actuar con impunidad y eficacia. Y ojalá que, como pasó en 1993 y el 2002, no se rompan los diálogos porque la guerrilla hizo algo que no se había comprometido a no hacer. Pero puede (si el documento de La Habana de febrero sirve de indicación) que se repita el error de discutir problemas substanciales en la mesa de diálogo, lo que da a la guerrilla una representación política que no tiene.
Basta que se anuncien las conversaciones para que reaparezcan los argumentos de siempre: las columnas estridentes que insisten en que toda conversación es una traición, un gesto pacifista que da ventajas a la guerrilla, o las que convierten la necesidad de paz del país en argumento a favor de sus posibilidades. Y no es sino empezar conversaciones secretas para que sus detalles aparezcan en toda parte.
La idea de unas conversaciones reservadas parece exótica para los negociadores colombianos, que nunca resisten la tentación de soltar algo para sus amigos periodistas.
Las negociaciones de paz son difíciles y de resultados inciertos: nadie sabe qué piensan las diversas fracciones de las Farc (y casi todos los análisis las tratan como una guerrilla monolítica), ni cómo van a reaccionar ante la negociación: mientras que esta puede ser una oportunidad de reincorporarse a la sociedad para los dirigentes más políticos y con una visión realista de la derrota histórica de la guerrilla, para los sectores militaristas puede ser una nueva ocasión de medir la fuerza del Estado o lograr ventajas para la guerra o la droga.
Y es complicado calcular el impacto en las guerrillas de propuestas de cumplimiento inmediato de las normas de derecho internacional humanitario o de creación de mecanismos para verificar asuntos como el secuestro de civiles o el reclutamiento de menores. En los procesos anteriores muchos se opusieron a cualquier acuerdo en este sentido dizque porque esto equivalía a "regularizar" la guerra y aceptar que se prolongaría, como si, no importa lo que se demore lograr la paz, no sea mejor una guerra menos sucia y menos cruel. Y muchos argumentaron que por definición toda guerra es sucia, como si no existieran diferencias entre ellas.
El ruido y la alharaca son parte del estilo habitual del país, y seguramente las negociaciones se harán en un ambiente de insultos, acusaciones y denuncias retóricas. Esto es inevitable, pero por lo menos valdría la pena que quienes discutan e informen acerca del proceso traten de mantenerse en el mundo de los argumentos, de la evaluación de posibilidades, de las realidades más que de las percepciones, de los hechos más que de los sentimientos y las suposiciones.
Y que el Gobierno dé una información confiable sobre la violencia, la frecuencia de los actos guerrilleros y su impacto en la población -secuestros, amenazas, extorsiones, homicidios-, para que la discusión sobre seguridad no dependa de los que promueven la sensación de inseguridad y después usan esta percepción como prueba de que la seguridad está decayendo.
En las negociaciones de paz las apariencias tienden a volverse parte de la realidad. Pero lo sano es mantener la calma, la paciencia, la tranquilidad ante un proceso que puede tomar años, pero que es mejor comenzar de una vez, sin ilusiones pero sin desesperación.



Leer más...
LA LINEA DURA DE LOS REPUBLICANOS


La plataforma republicana aprobada por la convención del partido esta semana —que esboza lo que podría hacer un gobierno republicano si el candidato Mitt Romney gana las elecciones— propone una línea dura hacia Latinoamérica: su sección dedicada a la región empieza diciendo que “resistiremos a la influencia extranjera en nuestro hemisferio” y describe a Venezuela como “un estado narcoterrorista”.
En línea con la postura general de la sección de política exterior del documento —que afirma en su primer renglón que “somos el partido de la paz mediante la fuerza”— los párrafos destinados a Latinoamérica reflejan un giro a la derecha con respecto a la misma sección de la plataforma republicana en la campaña presidencial del 2008, que empezaba celebrando los “lazos duraderos entre todos los pueblos de las Américas”.
Antes de decir lo que pienso de la nueva plataforma republicana sobre América Latina, veamos en detalle lo que dice.
“La actual administración le ha dado la espalda a Latinoamérica, con resultados predecibles. En vez de apoyar a nuestros aliados democráticos en la región, el presidente ha priorizado el acercamiento con nuestros enemigos”, dice el nuevo documento republicano.
“Venezuela representa una creciente amenaza contra la seguridad de Estados Unidos, una amenaza que ha empeorado mucho durante el gobierno del actual presidente. En los últimos tres años, Venezuela se ha convertido en un estado narcoterrorista, transformándose en una avanzada iraní en el Hemisferio Occidental”, afirma.
“El régimen actual concede pasaportes o visas venezolanas a miles de terroristas de Medio Oriente, ofreciendo así un refugio seguro a los entrenadores, operativos, reclutadores y recaudadores de fondos de Hezbolá”, añade.
El documento dedica varios párrafos a Cuba, expresando que “rechazamos cualquier sucesión de poder dinástica de la familia Castro, y afirmamos las condiciones estipuladas en la ley estadounidense para levantar las sanciones comerciales, financieras y de viaje: la legalización de los partidos políticos, y los medios independientes, además de elecciones libres y justas con supervisión internacional”.
El documento también dice que “la guerra contra las drogas y la guerra contra el terror se han convertido en un mismo emprendimiento”, y que “saludamos a nuestros aliados en esa lucha, especialmente a los pueblos de México y Colombia”. La sección latinoamericana de la plataforma no menciona a Brasil, el país más grande de la región.
En otras secciones, la plataforma republicana adopta una postura durísima contra la inmigración ilegal, exigiendo que se les nieguen fondos federales a la universidades que otorgan aranceles estudiantiles subsidiados a estudiantes indocumentados, y oponiéndose a cualquier forma de “amnistía” para las personas que carecen de documentos inmigratorios.
Los partidarios de Obama niegan que la administración haya ignorado a Latinoamérica, alegando que el presidente hizo cinco visitas a la región, tantas como cualquier otro presidente de Estados Unidos desde Ronald Reagan. Y rechazan la acusación republicana de que Washington ha disminuido su respaldo militar contra el terrorismo y el narcotráfico en la región, afirmando que Obama incrementó el nivel de la cooperación militar con México en mil millones de dólares, y que duplicó la asistencia de seguridad anual otorgada a los países centroamericanos. Según los partidarios de Obama, la sección latinoamericana de la plataforma del Partido Republicano es un retorno al primer período presidencial de George W. Bush, cuando la Casa Blanca empleó una retórica dura contra el presidente venezolano, Hugo Chávez, y contra sus discípulos de la región. Ese abordaje fracasó, dicen, porque Chávez lo usó a su favor, alegando ser víctima de “la agresión del imperio”.
Con respecto a la afirmación de que Venezuela es una amenaza contra la seguridad nacional porque supuestamente se ha convertido en “una avanzada iraní” y que da refugio a “miles de terroristas de Medio Oriente”, allegados al equipo de política exterior de Obama dicen que son afirmaciones carentes de evidencias.
“Irán es la prioridad de seguridad nacional número uno del presidente Obama”, me dijo Dan Restrepo, quien hasta hace poco fue el principal asesor de Obama sobre asuntos latinoamericanos. “Pero si los republicanos tienen evidencias de que hay ‘miles’ de terroristas del Medio Oriente en Venezuela, deberían dárselas al presidente y hacerlas públicas”.
Mi opinión: los republicanos tienen razón al decir que Obama ha descuidado a Latinoamérica. Lo ha hecho (y, de paso, aclaremos que lo mismo hizo el ex presidente Bush después del 11 de septiembre del 2001).
Pero también es cierto lo que dicen los allegados a Obama cuando afirman que los discursos confrontacionales le hacen el juego a Chávez y sus aliados. Estos últimos insultan constantemente a Washington con la esperanza de que el presidente de Estados Unidos reaccione con un discurso agresivo, y les de una excusa para seguir acaparando poderes absolutos.
Si Romney sigue esa línea, seguramente —e irónicamente— podría estar haciéndoles un favor.
Twitter: @oppenheimera

Read more here: http://www.elnuevoherald.com/2012/08/29/1288750_p2/oppenheimer-linea-dura-de-los.html#storylink=cpy


Read more here: http://www.elnuevoherald.com/2012/08/29/1288750/oppenheimer-linea-dura-de-los.html#storylink=cpy

Leer más...

jueves, 30 de agosto de 2012


EXPLOSION DE REFINERÍA EN VENEZUELA. ¿HA POLITIZADO CHÁVEZ DEMASIADO AL PETRÓLEO?

“Venezuela’s Refinery Explosion: Has Chávez Made Petroleum Too Political?”
Por: Tim Padgett
Time Magazine
Cuando en 2007 visité el complejo de la refinería de Paraguaná, perteneciente a la estatal Petróleos de Venezuela, Pdvsa (la segunda mayor del mundo), la ansiedad en el ambiente era como las llamaradas que salían de los mecheros.
Los empleados me advirtieron del estado “precario” de la planta. Había un año de retraso en la actualización de tecnología y equipos, y las refinerías estaban operando muy por debajo de su capacidad. Paraguaná “no está a la altura de su diseño original”, me dijo un supervisor, porque a Pdvsa no quería “cubrir los costos”.
Los críticos afirmaban que las refinerías, ubicadas en el oeste de la Península de Paraguaná, eran un ejemplo de cómo Pdvsa estaba fallando al realizar inversiones significativas bajo el gobierno izquierdista de Hugo Chávez, quien cada día más desviaba los ingresos de la compañía (que eran 128 mil millones de dólares en 2011) hacia proyectos sociales.
Entonces, Paraguaná ya presentaba problemas de seguridad. Un año antes (2006, nota del traductor), tres trabajadores habían muerto en diversos accidentes, que se sumaron a una serie de contratiempos que atravesó la refinería durante la década del 2000, algunos de ellos con resultados fatales.
Chávez y Pdvsa confrontaron nuevamente las críticas sobre la inversión y mantenimiento de la industria petrolera. Pero esta vez el Chávez socialista, quien ha gobernado durante 13 años, también irá por una reelección en seis semanas, elecciones en las que se enfrentará a su primer candidato opositor serio.Poco después de la medianoche del sábado 25 de agosto, una explosión de fuego, tras una fuga masiva de gas, mató a 48 personas cerca de la refinería Amuay en Paraguaná, otras siguen desaparecidas. Fue el peor desastre en una refinería en toda la historia de Venezuela y una de las peores del mundo; tomando en cuenta que este país posee la reserva de hidrocarburos más grande del hemisferio occidental.
Los venezolanos saben cuán peligroso puede ser el petróleo, pero las horribles muertes del fin de semana reavivan el acalorado debate sobre si Chávez ha utilizado Pdvsa más como un canal de clientelismo político y menos como un motor de desarrollo económico.
Chávez y los ejecutivos de Pdvsa, quienes insisten en que se han invertidounos 6 mil millones de dólares en el mantenimiento de la refinería en los últimos años, desestiman con pánico las suposiciones que indican que un sistema de seguridad defectuoso jugó un un papel en la explosión de Amuay, donde ardieron unos tanques de almacenamiento de combustible .
Al llegar a Paraguaná, un Chávez convaleciente de cáncer recomendó “no especular” y pidió que se elevase “el espíritu humano por encima de cualquier interés político”.
Mientras, los habitantes de las inmediaciones del complejo refinador decían a los medios venezolanos e internacionales que el día antes de la explosión sentían un fuerte e inusual olor a gas sulfuroso; pero Chávez y el presidente de Pdvsa y ministro de Energía, Rafael Ramírez, calificaron esos reportes como un intento “vergonzoso” de los opositores para politizar la tragedia.
Calamidades relacionadas con petróleo y gas no son únicas de la era Chávez en Venezuela. Su archienemigo, los EE UU , ciertamente han tenido también su cuota mortal de explosiones de refinerías; por no mencionar el desastre petrolero de la plataforma de BP que mató a 11 trabajadores frente a las costas de Luisiana en 2010 y produjo uno de los peores derrames de petróleo de la historia.
Los críticos afirman que esto ha pasado por los esfuerzos del Gobierno en mantener la producción de petróleo en niveles más bajos, con precios más altos, y por el empeño de redirigir los prodigiosos ingresos petroleros de Venezuela hacia los ciudadanos más pobres.Pero la preocupante regularidad de los incidentes ocurridos en Venezuela, durante la última década,inevitablemente suscita acusaciones de que Chávez ha debilitado a la que fue una de las más respetadas corporaciones petroleras del siglo XX.
Por supuesto, antes de que Chávez asumiera el poder en 1999, los venezolanos también consideraban a Pdvsa como una cueva de tecnócratas arrogantes y mimados, y una caja chica para la élite cleptocrática del país, cuya épica corrupción dejó a más de la mitad de la población en la pobreza. Después de que Chávez llegó al poder, en 2002, una temeraria paralización casi completa de Pdvsa, realizada por directivos y trabajadores anti-Chávez costó a la economía venezolana alrededor de 7 mil millones de dólares.
Pero el despido que hizo Chávez de 19 mil empleados, la mitad de la fuerza laboral de la petrolera, fue igual de perjudicial y desató una caída en la productividad de la industria y en la salud de la infraestructura. En aquellos días, Pdvsa, que había estado bombeando 3,2 millones de barriles de crudo al día, pasó a producir hoy en día 2,7 millones (más del 40% de esos barriles se exportan a los EE UU, a tal punto que Venezuela representa el 10% de las importaciones de petróleo a la nación norteamericana).
Todo esto, como he dicho, es digno de admiración siempre y cuando usted también atienda adecuadamente el negocio de la producción de petróleo y refinamiento. En este punto la mayoría de los analistas están de acuerdo que esto se ha convertido en un gran problema para Pdvsa.Mientras tanto, Pdvsa se ha convertido tanto en una agencia de bienestar social como en una petrolera que administra y financia decenas de miles de millones de dólares en los programas de lucha contra la pobreza, como parte del “derecho a establecer las condiciones de la globalización, por una vez, a favor de nuestro pueblo,” tal y como me dijo Ramírez una vez.
Venezuela, donde la inflación es una de la más altas del mundo, necesita especialmente inversión y desarrollo en equipos complejos para extraer y procesar el crudo pesado, particularmente en el sur de la Faja del Orinoco. Pero Pdvsa invierte sólo el 1% de sus ingresos en esta actividad, y eso suponiendo que los proyectos de inversión no estén detenidos. En comparación, otras empresas petroleras más grandes invierten un 3% de sus ingresos en dicha tecnología.
Chávez, por su parte, ha puesto aún más presión sobre las finanzas del sector energético pues ha aumentado el gasto social en un tercio para ganarse el favor de los votantes, antes de las elecciones presidenciales del 7 de octubre de 2012.Al mismo tiempo, la inversión extranjera ha sido enajenada, si no directamente expulsada. Las acusaciones de corrupción van en aumento, al igual que la deuda de Pdvsa. La capacidad de refinación se ha reducido tan drásticamente que ahora Venezuela importa gasolina, y a la par Chávez pródigamente subsidia los precios del combustible en su país (un galón de gasolina cuesta menos de 15 centavos de dólar); lo que motiva el tráfico, que arroja grandes beneficios a los contrabandistas.
Al mismo tiempo, Rafael Ramírez exige lealtad absoluta de los empleados de la estatal hacia Chávez y su Revolución Bolivariana. Es un recordatorio de que en Pdvsa las cosas se tratan tanto de la política como del petróleo.
Por lo tanto, ahora suenan más que hipócritas las advertencias de los chavistas proferidas al candidato opositor Henrique Capriles, y a sus seguidores, de que no politicen el desastre de Paraguaná.
Los propios archivos de Pdvsa hacen eco de lo que oí hace cinco años en mi visita a Venezuela: el mantenimiento programado para Amuay en 2011 nunca fue terminado.
Y como si se quisiera cambiar el tema, mientras se extinguían las llamas en Amuay, el vicepresidente Elías Jaua hizo este lunes uno de los comentarios políticos más fuertes al afirmar (en su cuenta de twitter, nota del traductor) “Nosotros asumimos nuestra responsabilidad. Lo que si no fue un accidente, fue paralizar la refinería en 2002. El evento más grave de Amuay fue en el 2002, por decisión política, entre otros de Henrique Capriles”.


Leer más...
LA TIERRA ESTÉRIL



ANIBAL ROMERO


Todavía cabe preguntarse: ¿Qué llevó a Hugo Chávez, quien llegó al poder inicialmente en medio del miope entusiasmo de tantos, a sembrar a Venezuela de dolor, miedo y desencanto? ¿Qué recónditos abismos del alma le condujeron a colocar los intereses y recursos del país al servicio del despotismo castrista, vinculando nuestro destino al de la más patente desilusión en la historia moderna de América Latina, es decir, la Revolución Cubana? ¿Qué hizo que un Ejército, el venezolano, que se preciaba de autoproclamarse "forjador de libertades", haya permitido su subordinación a Cuba, comprometiendo nuestra soberanía de manera tan abyecta e imperdonable? Si bien es cierto que el fracaso del experimento chavista se hace más evidente, no comparto las opiniones de cada día mayor número de comentaristas que, en vista de la decadencia de la revolución, empiezan a interpretar a Chávez y su paso destructivo por la historia como una especie de aberración, como algo extraño a nuestras verdaderas condiciones y aspiraciones como pueblo.
Lo realmente distinto no ha sido Chávez, sino los cuarenta años previos de República civil, a pesar de sus fallas y limitaciones. Para que un Chávez, que sólo deja atrás "un montón de imágenes rotas" ­como expresa un verso de T. S. Eliot en su portentoso poema "La tierra estéril"­, para que un Chávez, repito, haya sido posible, se requirió una sociedad, o buena parte de ella, dispuesta a dejarse enceguecer por un caudillo militar, autoritario e improvisado, armado solamente en el plano de las ideas por el mesianismo bolivariano.

Chávez no ha sido un azar, sino un fenómeno hondamente enraizado en las palpitaciones colectivas de un pueblo y sus llamadas "élites", cuya única conexión con el pasado se basa en la exaltación de una epopeya mal explicada y aún peor comprendida e interpretada, y en la desproporcionada idealización de una figura histórica, la de Simón Bolívar, que ha sido transformada en mucho más que un símbolo de unidad para fungir como clave de todo lo que somos y demiurgo de nuestro porvenir.
¿Cuántos potenciales caudillos, a la manera de Chávez, se encuentran aún en el seno de nuestro estamento militar, estamento al que décadas de adoctrinamiento han convencido que ellos son los "salvadores de la patria" y "herederos de Bolívar", y a quienes de paso han sometido a catorce años de ideología marxista en los institutos educativos de la FAN? El mesianismo que tanto daño hace a nuestra existencia política no se reduce al ámbito castrense. Hay que recordar el tránsito de la política exterior venezolana bajo los gobiernos democráticos, y nuestra recurrente tendencia a creernos un gran poder, con pretensiones de cambiar el mundo a nuestra imagen, de establecer la "justicia social internacional", un "nuevo orden económico mundial" y un "mundo multipolar". En tal sentido, en lo que se refiere a la presunción de sus objetivos y desequilibrio de sus ambiciones, los disparates de Chávez en materia de política exterior forman parte de una tradición también profundamente ligada al pálpito mesiánico de nuestra vida colectiva.
Se habla de que ahora hay un camino. Todo indica que el candidato democrático ofrece una esperanza diferente. Una férrea modestia anima su discurso, una fuerza tranquila, de la que habló una vez Mitterrand en Francia, impulsa sus esfuerzos.
Se trata de algo nuevo en un escenario acostumbrado a la altisonancia vacía, a la arrogancia inútil, a la gesticulación agobiante. Una nueva Venezuela requerirá de muchos cambios, pero ciertamente no necesita otro mesías.


Leer más...
INDICADORES PARA EL 7 DE OCTUBRE



     EUGENIO G. MARTÍNEZ |  
EL UNIVERSAL
jueves 30 de agosto de 2012  
¿La elección presidencial del 7 de octubre cumple con los estándares internacionales básicos? La ausencia de misiones técnicas de observación del Centro Carter, Unión Europea y de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la presencia meramente política y testimonial de la Unasur confiere a la observación nacional un rol clave para avalar la  transparencia y credibilidad de un proceso electoral que -a menos de 40 días- se vislumbra como un comicio cerrado, con dos bloques políticos muy parecidos en cuanto a su tamaño de opinión pública.

En un escenario cerrado es cuando más importancia cobra el apego a las estándares electorales internacionales básicos. Determinar si nuestro procesos electoral se apega a las buenas prácticas no solo requiere de observadores nacionales calificados sino de ciudadanos preparados e informados.

El equilibrio en la campaña electoral es uno de esos indicadores que debe ser analizados por los ciudadanos.  Al hablar de la campaña electoral es importante recordar que el equilibrio -como fue recomendado en el pasado por las misiones de Observación Internacional de la Unión Europea- pasa porque el CNE otorgue una mayor prioridad a los mecanismos sancionadores de delitos y faltas electorales previstos en la ley y reflejados en las normas, de manera que en la medida de lo posible, se penalice y disuada de su comisión, antes del fin de la campaña electoral, a quienes incurren en ellos.

No obstante la verdadera garantía de que en Venezuela se realice una campaña equilibrada está en que se investigue y sancione, de acuerdo a las leyes del país y a las prácticas electorales internacionales, la participación de funcionarios públicos en actos de campaña electoral, ya sea voluntaria o inducida.

En su momento, la Unión Europea recomendó que "el ejercicio de los poderes sancionatorios con los que está facultado por ley el CNE actuaría en beneficio de la credibilidad y legitimidad del Poder Electoral". Fortalecer la credibilidad del CNE permitirá fortalecer los resultados del 7 de octubre, así de simple.

Nada ayudaría más a la imagen del organismo comicial que sus recortes lograran -como se recomendó en los informes de observación internacional- suspender o controlar la publicidad institucional, ya sea de nivel nacional, estadal o local, y una más clara limitación de las actividades públicas de todos los funcionarios y cargos electos durante el período de la campaña electoral.

Esta actuación acabaría con los riesgos de ventajismo y con el uso de los recursos públicos en beneficio de ciertas candidaturas.

La campaña es desigual, un candidato no se enfrenta a otro competidor, sino a todo el Estado. El tiempo de publicidad al aire es la mejor explicación. Mientras un candidato  cuenta solo con tres minutos diarios de propaganda por canal de televisión, su adversario,  el presidente de la República, dispone también de los tres minutos que permite el CNE y adicionalmente cuenta con 10 minutos de promoción institucional y responsabilidad social que los medios deben transmitir obligatoriamente, además del recurso de las cadenas de radio y televisión.

Durante la actual campaña el Presidente ha realizado 22 transmisiones oficiales que, en promedio, le han permitido hablarle al país durante 33 minutos diarios, durante cada día de la campaña. Evidentemente existe desequilibrio.

Quienes apoyan la reelección del Presidente argumentarán que estas cadenas se usan para contrarrestar el desequilibrio informativo de los medios privados, no obstante como se concluye en el monitoreo de medios del CNE, el desequilibrio solo se produce si se incluye en el análisis a los programas de opinión que se transmiten en radio y televisión.

Aunque el CNE considera a la observación internacional como "un proceso marcado por una fuerte concepción asimétrica, de tutelaje y de legitimación con base en los valores propios de quien observa", consecuencia "de los procesos asociado a la descolonización que vivieron los países africanos y asiáticos a partir de los años sesenta", como árbitro no perdería nada en volver a leer los informes de la Union Europea y verificar, no solo si la actual campaña electoral es equilibrada, sino el impacto del uso de recursos públicos y actividades oficiales para promocionar una candidatura.

Así como se analiza constantemente a los medios privados, es el momento que el árbitro también sintonice, por citar un ejemplo, el canal ANTV.

Ya es hora que se deje de justificar el uso incorrecto de las cadenas como respuesta al desequilibrio informativo. Si los medios privados incurren en violaciones a las normas deben ser sancionados, pero también se debe sancionar al Estado que abusa de su poder y recursos.

emartinez@eluniversal.com

En Twitter: @puzkas

Leer más...
Estado obeso y débil



    Teodoro Petkoff
Chacumbele ha dicho que "de no haber contado con un Estado fuerte no habríamos podido hacer frente a la emergencia". El Presidente coloca la carreta delante de los bueyes. Es precisamente al revés. Mucho tiene que ver con las distintas tragedias habidas no la fortaleza del Estado sino precisamente su debilidad. El Estado sólo se hace presente cuando ocurre el desastre, pero durante años y años, cuando debiera estar alerta, monitoreando y vigilando la situación de las obras, entonces nunca se ve al Estado. En estos casi catorce años la situación ha empeorado porque el gobierno ha venido destruyendo sistemáticamente la institucionalidad estatal y creando simultáneamente una paralela, plagada de vicios, ineficiencia y corrupción, incapaz de garantizar las funciones elementales del Estado y que lo ha debilitado aún más.

De no ser así, sólo podría explicarse como una coincidencia la cantidad de grandes males que se han abatido recientemente sobre el país. Pero no es coincidencia.
 Es que ya en los diversos ámbitos donde se ejerce la función del Estado, la infraestructura humana y física de este ya no da más, como producto de década y pico de desidia, negligencia y corrupción.

El Estado no puede con las cárceles, que constituyen un verdadero tumor purulento en el cuerpo del país. Pero tampoco puede con el hampa, que le gana la batalla de cada día. Recientemente se produjo la masacre de la cárcel de El Rodeo I, una más de las que casi mensualmente, en mayor o menor escala, tienen lugar en todos los penales del país. ¿Habla esto de la "fortaleza del Estado", como asegura Chacumbele? El Estado no puede con puentes y carreteras. Recientemente se cayó el puente de Cúpira y en diversas regiones del país hay puentes caídos desde hace varios años, sin que se hayan tomado medidas para recuperarlos. Están olvidados. Muchas carreteras transforman en un suplicio la circulación por ellas. ¿Es esta la conducta de un Estado fuerte? La reciente explosión en Amuay, que tantas vidas humanas cobró y tantos daños materiales causó, ciertamente exige una investigación a fondo para poder pronunciarse a ciencia cierta sobre sus causas, pero hay evidencias suficientes de que, de no haber sido por la negligencia que desestimó alertas y advertencias de los propios trabajadores, la tragedia habría podido evitarse. Como habrían podido evitarse los 300 y pico de accidentes y los 77 fallecidos que jalonan la administración chavista de la industria petrolera.

¿Estado fuerte? Chávez ha debilitado el Estado cuando lo hizo crecer de 900.000 trabajadores a sus dos millones y medio actuales, la mayoría sin funciones específicas pero cobrando. Esto es obesidad, no músculo. Chávez ha debilitado el Estado al sustituir trabajadores veteranos y eficientes por recién llegados provistos de carnet partidista, sin ninguna experiencia. Chávez ha debilitado el Estado al vincular la estabilidad laboral a la lealtad a él y al partido. Chávez ha debilitado el Estado al envolver a sus trabajadores en una espesa neblina de miedo.

Las desgracias vienen juntas porque toda la máquina del Estado está oxidada y sólo se acuerda de Santa Bárbara cuando truena.

Leer más...
NOTICIA


"Los gobiernos intolerantes y el crimen buscan lo mismo"



REYES THEIS |  EL UNIVERSAL
jueves 30 de agosto de 2012 
Para el expresidente de la Sociedad Interamericana de Presa (SIP), Gonzalo Marroquín, en América la libertad de expresión e información tiene dos grandes enemigos: "el crimen organizado y los gobiernos intolerantes y autoritarios que pretenden lo mismo: limitar, restringir o terminar completamente con el libre tráfico de información que tanto les molesta". 

Marroquín explicó las diferencias de las motivaciones de esos dos sectores durante su intervención en un Foro realizado ayer en un hotel de Caracas, por conmemorarse el primer año del cierre temporal del semanario 6to Poder. 

Explicó que "al crimen organizado le molesta la información que desnuda su actividad y por lo tanto amenazan o asesinan a los periodistas, como pasa en Colombia, México y Honduras, pero a ciertos gobernantes les molesta que la prensa investigue y descubra hechos de corrupción y que advierta sobre sus fines de manipulación o simplemente de su incapacidad". 

"Los mecanismos pueden diferir: unos amenazan y asesinan y otros recurren a métodos más sofisticados, métodos que aquí en Venezuela lo sufren en carne propia, como la aprobación de leyes restrictivas en materia de libertad de prensa, la manipulación de la información oficial para premiar o castigar a medios y periodistas según su línea editorial o el constante discurso peyorativo o intento de desprestigiar o minar la credibilidad de la prensa, sin olvidar la persecución oficial que utilizan como un mecanismo represivo", indicó. 

Según Marroquín, la prensa es un importante factor de contrapeso que puede evitar los abusos estatales, sobre todo cuando surge la intención de los gobernantes de perpetuarse en el poder. 

Recordó que a lo largo de la historia las "dictaduras de derecha y de izquierda siempre están interesadas en controlar la información, como la vía más fácil para que nadie les dispute su posición de poder". 

El expresidente de la SIP sostiene que "una sociedad sin información adecuada es fácilmente manipulable y puede mantenerse bajo control" y que incluso sería "incapaz de hacer una buena elección". 

"Mucha gente se pregunta qué pasaría si no existiera Globovisión (en Venezuela) y la respuesta la tenemos cerca: En Cuba no hay televisión independiente, no hay periódicos independientes y hay una dictadura que pasa de hermano a hermano", acotó. 

Refirió que la práctica de los gobernantes intolerantes se ha extendido por América Latina como un efecto dominó que partió desde Venezuela con Hugo Chávez. 

"´La mecánica es limitar, acosar y callar a la prensa, que se convierte en el blanco, pero no es la víctima. La víctima es la sociedad misma que es limitada y puede ser entonces guiada mansamente por regímenes autoritarios", indicó. 

Marroquín, periodista y editor de nacionalidad guatemalteca, hizo un llamado a la ciudadanía sobre la importancia del venidero proceso electoral presidencial venezolano, ya que según dijo, "era el momento de decidir qué tipo de país se quería y si es uno en el que se pueda opinar y se levante la bandera del respeto a los derechos humanos". 

rtheis@eluniversal.com

Leer más...

Los no alineados

       VÍCTOR M. MIJARES

Es evidente el desesperado intento de Irán por revertir el lento proceso de aislamiento internacional al que su desafío a las grandes potencias lo condena. De no ser porque sus más duras objeciones son contra los EEUU y sus principales aliados, y por su posición geopolítica central en Eurasia, Rusia y China se habrían sumado a las sanciones, pues un Irán nuclear no encaja en los parámetros de seguridad nacional de ambos gigantes.
El desarrollo de la guerra que libra su principal aliado árabe, el régimen alauita de Bashar al Asad, es alarmante en términos de alianzas, pues Irán tiene pocas que sean realmente operativas en materia de defensa colectiva. Es por eso que la cumbre del Movimiento de los No Alineados es una desesperada válvula de oxígeno ante tantos intentos por sofocar a la teocracia chií.
Pero, ¿tiene sentido el Mnoal en el siglo XXI? Los no-alineados se deslindaron de las políticas de las superpotencias americana y soviética en el auge de la Guerra Fría. La autonomía, más allá de la independencia política, fue el objetivo entonces. Ese "tercer mundo" (ni capitalista, ni socialista soviético) tenía sentido en la bipolaridad, cuando los alineamientos era más rígidos y determinantes.
La cuestión es si hoy, en un mundo multipolar, esto sigue teniendo sentido. El fin de la era bipolar hace hasta semánticamente absurda la idea de un tercer bando, no obstante los promotores del mismo entienden que el Mnoal es una plataforma internacional que permite darle relevancia a la autonomía de sus políticas exteriores, no tanto para ejercerla, pues muchos de ellos no son lo suficientemente poderosos ni lo suficientemente autónomos de las grandes potencias como para formar un orden aparte.
En el caso de India, ya es considerada un poder emergente (BRIC) con aspiraciones de co-dirigir el orden mundial junto a los poderes establecidos. El Mnoal reúne en su seno a decenas de enemigos y rivales geopolíticos que forman parte, a su vez, de múltiples mecanismos de alineamiento que son tan frágiles como lo sean sus regímenes internos, y tan fuertes como lo permita la brusquedad multipolar.
Los no alineados ni siquiera están alineados entre ellos, y en la cumbre de Teherán los acuerdos que se logren serán interpretados de un modo distinto por cada signatario, aunque oficialmente prevalezca un mensaje común de democratización del sistema internacional.
Desde Irán no saldrán soluciones a la seguridad, sino la imagen diplomática de los deseos reprimidos de subversión que por lo pronto son amenazas en la distancia, pero que probablemente se irán materializando a lo largo de los próximos años, al ritmo de la fragmentación progresiva en la distribución mundial del poder.


Leer más...

miércoles, 29 de agosto de 2012


El calenturiento Petras



      ALEXIS ORTIZ

Si será mayúsculo su disparate que hasta el ministro de Chávez lo desmintió

Al parecer no importa que en tus genes venga la sabiduría griega de la legendaria Lesbos, ni que hayas estudiado en universidades prestigiosas como las de Boston o Berkeley, no,  si te intoxicas de marxismo pedestre, de necedades como el determinismo histórico o la realidad como lucha de contrarios, en fin, si haces del comunismo tu refugio ideológico, necesariamente te pones bruto.

Eso pasa con un intelectual norteamericano que, por su trayectoria académica y su producción bibliográfica, uno podría esperar de él mayor lucidez, se trata del sociólogo
James Petras, quien se define a sí mismo comorevolucionario,  anti-imperialista y amigo de Hugo Chávez (¿?)..

En una reciente entrevista por una emisora de Montevideo, Petras llamó a su carnal Chávez a implantar el Estado de Excepción en Venezuela. Con la irresponsabilidad de una verdulera, el sociólogo bostoniano afirmó que la explosión de la refinería petrolera de Amuay, en Paraguaná, Venezuela, no es un simple incendio aparatoso, sino todo un acto de terrorismo de los enemigos de Chávez.

Fíjense si será mayúsculo el disparate de Petras, que hasta el ministro de Petróleo de Chávez, Rafael Ramírez, por cierto primo de Carlos Ramírez el “chacal”, reconoció públicamente que la explosión se produjo por una fuga de gas. Y la tal fuga, es bueno que se sepa, es a su vez producto del descuido, las fallas de mantenimiento en la refinería.

Petras, quien también se presenta como enemigo de Israel, se une así al patético coro de los norteamericanos famosos, simpatizantes de Hugo Chávez y Fidel Castro, entre otros: Danny Glover, Joe Kennedy, Michael Moore, Noam Chomski, Jesse Jackson, Oliver Stone, Sean Penn, Benicio del Toro, Robert Redford, Harry Belafonte, Bill Richardson, Gore Vidal(+)…

Eso si, ninguno de esos señores quisiera para su país lo que celebran para Cuba y Venezuela.   


Leer más...

Leer más...

martes, 28 de agosto de 2012

Europa

NORMALIDAD EN LA EMERGENCIA

HERMANN TERTSCH


RELÁJENSE. La canciller Angela Merkel no va a implantar una implacable dictadura alemana en toda Europa en los próximos meses. Por mucho que la anuncien desde Paul Krugman a Juan Echanove, nuestro último fichaje en adalides de la germanofobia. Alemania no pisoteará a los franceses como en 1940, aunque así lo auguren tantos periodistas que gracias a la prima de riesgo han sabido de la Segunda Guerra Mundial. Muy al contrario, parece que después de las vacaciones de agosto, muchos han vuelto al trabajo con ganas de encontrar soluciones por los cauces de la normalidad. Y poner coto a la afición, de la que hizo gala toda Europa -y no sólo Europa- durante el pasado año, a tener tres Armagedones a la semana y cuatro Apocalipsis al mes. Merkel no ha condenado a los griegos al fuego eterno por su enésimo incumplimiento de casi todo. Por el contrario ha mandado callar a quienes ya han comenzado la campaña electoral en Alemania con populismo anti griego casi tan barato, aunque nunca tan agresivo, como la demagogia antialemana en Grecia. Merkel ha sido especialmente clara en su condena a la «charlatanería populista» de sus socios cristianosociales bávaros de la CSU, y en particular con su sectario general Alexander Dobrint. Y además de su dura reacción contra la agitación gratuita ha dejado claro que Berlín pretende regular de nuevo la crisis de forma estrecha con Francia. Ya ha acordado con Hollande la creación de un estado mayor conjunto franco-alemán para restablecer una cooperación interrumpida con las elecciones presidenciales francesas y el relevo en la jefatura del Estado en París. Es decir, un retorno también a la normalidad en las relaciones entre Berlín y París tras un periodo no fácil de aclimatación. Pero en la normalidad Merkel también incluye que el BCE no se vea tentado por sus propias extravagancias, entre las que ella ve esa tentación de «la inyección» sistemática y «adictiva» de dinero para los países con mayores problemas de deuda. Normalidad es que los países que quieran algo lo pidan según las reglas establecidas y no con excepciones. Y mucho menos con chantajes. En esa normalización habrá que integrar también los previsibles cambios políticos que se van a producir, en Holanda de momento. ¿Cómo? Ya se verá. Claro está que desde ahora mismo y hasta las elecciones federales alemanas no habrá que cuidar sólo el alma angustiada de los países deudores, sino de forma creciente las de las sociedades del norte en las que madura el hastío con Grecia y el miedo con los grandes países problemáticos del sur, nosotros e Italia. En año electoral ya casi, ni toda la autoridad de Merkel podrá acallar a alemanes hartos de pagar a Grecia.
Entre ahora Europa o no en la dinámica de preparar ese nuevo Tratado, lo que está por ver, se trata de recuperar una cierta normalidad en estos próximos meses. El pánico de muchos a los mercados en este mes de agosto se ha revelado injustificado. Y lo importante ahora es que los diferentes países apliquen sus medidas de reformas, corrijan sus estructuras y cumplan sus objetivos y compromisos.
Los sobresaltos, que inevitablemente se producirán, habrán de ser lidiados por todos. Nadie crea que con varitas mágicas. Pero el trabajo regular de cada país es responsabilidad de su gobierno y su parlamento. Y sobre ellos recae la labor pedagógica y política de hacer frente a las tensiones inevitables en un proceso de reformas como no se conocía en Europa sin mediar conflicto bélico. Conseguir que las sociedades respondan a este reto y no se suiciden en el caos y la violenta autocompasión. Eso requerirá política con mayúsculas y liderazgo.

Leer más...
USTEDES MISMOS


JUAN CARLOS GIRAUTA

Moriremos aplastados por los improvisadores, los eruditos a la violeta y los maestros ciruela
HAY quien ha visto una trampolín político en las redes sociales. No tardará en arrepentirse. No es que las extensiones más gregarias de la red no puedan aprovecharse; es que el provecho depende de acotar el campo a algo que interese a un número limitado de personas: nostálgicos del rock sinfónico, buscadores de setas (»cazadores», los llamamos en Cataluña), aficionados al cine noruego de terror, coleccionistas de posavasos. Pero imaginen un mundo donde todos opinaran sobre posavasos. Airadamente, con posturas rígidas, dispuestos a mentar a la madre de quien exhiba una pieza de plástico. Imaginen un mundo donde se discutiera sobre posavasos a toda hora, sin que concurriera prácticamente nunca el menor conocimiento sobre tan fascinante universo.
Hubo una época en que se distinguía entre columnistas y lectores, entre redactores y lectores. Nadie sospechaba entonces que, algún día, por la simple razón de que podía hacerse, las piezas que el profesional escribía y publicaba estarían condenadas a permanecer adheridas a un colgajo informe en forma de «comentarios». Por toda la eternidad. Comentarios a menudo anónimos, infestados de argumentos contra el hombre, permeables a la mentira y al insulto, malintencionados. Y lo que es peor, mal escritos. Porque en el oficio está todo. Moriremos aplastados por los improvisadores, los eruditos a la violeta y los maestros ciruela que se ahorran estudio, investigación, cotejo. ¡Y estilo!Todo eso que creen prescindible y pesado porque desconocen las dulces horas de lámpara, libros, pantallas y humo. Sí, humo.
Échenle un par y monten su partido, plataforma o corriente de opinión en mitad de esa jungla virtual, ensordezcan en millones de piadas, enloquezcan en el diabólico «libro de caras» que no son de nadie, o que son de pequeños narcisistas engañados acerca de su presencia pública por culpa de un acople: la fuente captando su propia señal. Atrévanse a preguntar a saco y a pelo por la pena de muerte, por los trabajos forzados, por la cadena perpetua de verdad, por la retroactividad de las leyes penales, por los castigos físicos, por la prisión por deudas. ¿Qué voces creen que se impondrán Porque gritan más, y porque, admitámoslo, son más, ganarán de calle los partidarios de «regenerar» la democracia trayendo de vuelta esas sombras de la historia.
Pregunten al banco de peces del río revuelto donde piensan obtener su ganancia cómo habría que remunerar a los políticos. Qué bruto anual les parece adecuado. Recojan opiniones sobre la inmunidad parlamentaria, sobre sus preferencias entre mandato directo e indirecto. Ustedes no querrán dedicarse a la política una vez comprueben el concepto en que los pececillos tienen a los servidores públicos, el valor que conceden a su trabajo y a su tiempo. Huirán de esa profesión salvo que estén realmente desesperados y no sepan hacer nada útil. O salvo que sean muy muy ricos y no necesiten más ingresos, se compren la inmunidad y doten una red de actores a sueldo para suplirle en el peor populismo: el que no sólo estrecha todas las manos, sino que simula escuchar mas o menos personalmente todas las opiniones, quejas, propuestas, reproches, ofrecimientos, delaciones, oposiciones y ambiciones.
Ustedes mismos. Tírense de la moto, organicen su chiringuito. Twitter es gratis y en cuatro días están en boca de todos. Y como la red y la prensa se han convertido en vasos comunicantes por el enorme tubo con que los han empalmado (que es el tubo de las tragaderas de todos nosotros), pronto saltarán a las portadas cuando haya que echar mano de un factoide. Luego comprenderán que Twitter sólo es soportable bloqueando a los lerdos, a los resentidos sociales, a los envidiosos y a los ágrafos con ínfulas

Leer más...
NEGLIGENCIA CRIMINAL



       Teodoro Petkoff
Ya se oyen voces desde las alturas del gobierno advirtiendo que no se debe "politizar" la tragedia de Paraguaná; naturalmente, a "politizar" se le da la connotación de "culpar al gobierno". Se nos pide, pues, que no busquemos responsables "políticos" de lo que habría sido un puro y desgraciado "accidente". Sin duda que "accidente" fue, pero no casual.

Una explosión de tal magnitud, en una refinería petrolera que tiene fama de ser de las mayores del mundo, ocurre habitualmente porque operaciones que se debían haber hecho, no se hicieron, porque procedimientos de rutina fueron descuidados y, sobre todo, porque los llamados de alerta no fueron atendidos. Todo esto tiene responsables. Y en una empresa estatal, como lo es Pdvsa, con todas sus filiales, el responsable de todo lo bueno y lo malo que en ella ocurre es su propietario, en este caso, el Estado nacional y su principal operador: el gobierno nacional. Si por politizar hemos de entender que este no puede evadir sus responsabilidades, entonces la tragedia está politizada de hecho.

Además, no hay que explorar mucho para encontrar a los responsables de este desastre. Trabajadores de la planta, expertos petroleros, meros habitantes de la zona, todos a una coinciden en que el origen de la explosión se encuentra en la falta de mantenimiento.
Esto lo confirma la propia Memoria y Cuenta de Pdvsa del año 2011, en la cual, de acuerdo a lo que apunta el periodista Andrés Rojas Jiménez, en El Nacional, el año pasado hubo 0% de avance en los trabajos de mantenimiento en Amuay. Se tenían previstas nueve paradas de mantenimiento, sólo se hicieron tres y las restantes fueron pospuestas para 2012. En lo que va de este año no se ha hecho ninguna. ¿Quién responde por esta negligencia criminal, que no sea el propietario de la planta, es decir, el gobierno?
Como ironía sangrienta, se produjeron, en cambio, siete paradas no programadas debido a fallas eléctricas, fuga de gases, roturas, fallas en el funcionamiento de bombas y falta de gas natural. Esto está escrito en la Memoria y Cuenta de Pdvsa. ¿Quién responde por esta ineficiencia generalizada, que en el curso del lapso en que el chavismo le puso la mano a Pdvsa ha habido más de 300 accidentes, 77 muertos (sin incluir los de la reciente explosión) y 300 heridos (id.) según recordaba nuestro editorial de ayer?
Y todavía el responsable mayor, el Presidente de la República, se adelantó a calificar de "irresponsables" las versiones que apuntan a negligencia por parte de Pdvsa. Irresponsable es quien se atreve a descartar de una vez la más obvia de las causas de la explosión. Pero sabe por qué lo hace. Pretende obturar los caminos que conduzcan a las personas de carne y hueso que manejan la planta en sus niveles gerenciales así como las que manejan la cúpula de Pdvsa. En cualquier otro país a estas alturas ya habrían entregado el cargo o habrían sido destituidos el ministro de Energía, en este caso, Rafael Ramírez, y el presidente de la directiva de Pdvsa, para el caso, el mismo Rafael Ramírez. Por cierto, en esta aberrante concentración de los dos cargos decisivos en la industria petrolera en una misma persona puede encontrarse la fuente de la generalizada incapacidad e ineficiencia que caracteriza a Pdvsa desde que la volvieron "nueva". Si, como se dice siempre en estos casos, la investigación va a llegar "hasta las últimas consecuencias", estas están localizadas en Rafael Ramírez.

Leer más...